sábado, 18 de abril de 2020

Todo cambia




El parque está desierto, aún así, el viento se columpia a destiempo. En una esquina, las hojas bailan formando un enorme corro y se rozan acompasadamente unas contra otras al ritmo del zumbido del viento.

Contra los bancos se golpean cafés anulados, desayunos de terraza, salas de espera, miradas de ternura, enfados por sincera, abrazos calurosos, poemas de Neruda, el sol reflejado en el mar, lágrimas cayendo puras, ese baño que se dio, una pena que no cura, deseos alcanzados y una esperanza desnuda.   

A lo lejos, se adivina un perro paseando a un anciano. El animal conoce cada uno de los adoquines levantados y los bordea con mucha dulzura; el abuelo se deja llevar sin apenas sentir su propia ausencia. A pesar de su mirada cansada sonríe a una señora que arrastra su vacío dentro de una maleta llena.

Por fin la lluvia aparece para limpiar las aceras, oxigenar las ramas casi secas y refrescar las hojas de los árboles, casi ahogadas. En algunos balcones se divisan sueños tendidos; una mujer se apresura a recoger los deseos que cuidadosamente colgó con mucho cariño la noche anterior; siguen muy húmedos, pero lo ha hecho por inercia, sin pensar dónde guardarlos mientras pasa la borrasca.


El agua no va a poder borrar las marcas que ha dejado la impotencia, el odio, la injusticia y la rabia, El asfalto sigue en mal estado; los contenedores quemaron durante días y el plástico se aferró al alquitrán.

Quizás el amor devuelva el orden y ojalá destruya el caos, con la misma fuerza con la que el caos destruyó todo menos la memoria.

Ojalá el amor limpie la memoria y arañe todos y cada uno de los malos recuerdos. 

Ojalá no sea en balde y todo cambie.




viernes, 29 de septiembre de 2017

ARCOiris

Veo el ARCOiris en tus ojos, a veces los colores son tan intensos que me causan respeto.


Dicen que el iris es el encargado de controlar la cantidad de luz que entra dentro de los ojos, y digo yo que tendrá alguna conexión con el amor porqué desde el kilómetro cero hay quién dice que no han dejado de brillar mis pupilas y porqué desde ese momento supe que tú siempre habías estado en mis sueños. 

Despierto, te miro y sigo soñando.

Tengo ganas de seguir haciendo kilómetros contigo, de construir y cumplir sueños, de caminar y crecer juntas.

Felicidades amor.




domingo, 18 de junio de 2017

Otros tiempos...en D menor

Imitando a mi padre levanté aquel muro en el vestíbulo de la escalera, dos grandes cartones eran las paredes infranqueables de mi mundo. Ahora veo el lugar y me parece imposible disfrutar de aquella sensación de amplitud en un espacio tan pequeño, aunque lo más seguro es que fuera yo la pequeña en un mundo que se me hacía grande.

Me pregunto ¿qué hacía yo allí sola?, desde luego que eran otros tiempos: tiempos de jugar a las cuerdas, de saltar muy alto, de tirones en las patillas, de apilar pinzas de ropa para montar un circuito dónde aparcar un coche de plástico, tiempos de jugar al escondite, de ir caminando a la escuela detrás de tu hermana, de observarlo todo, de oir, ver y callar, de conformarse con lo que había, de heredar la ropa, de compartir la sopa, de repetir en la cena lo que no quisiste en la comida....tiempos porqué yo lo digo, tiempos si os peleáis lo tiro o si lloras te lo quito.

No recuerdo su cara, ni su voz, ni qué le hizo salir corriendo, sólo la angustia de mi madre y el alboroto que causaron dos vecinas que acudieron a mi llanto, ya en la puerta de mi casa. Sólo recuerdo eso y que mi hermano llegó corriendo porqué un hombre le había dicho que su hermana estaba llorando, y que mi madre interpretaba que me habían metido una aguja en la boca. Tardaron poco en entenderme. Rápidamente me dieron leche; me hicieron beber leche mientras chapurreaba intentando explicar lo que me había sucedido, sin dejar de llorar.

No me gusta la leche. Cuando pude decidir, nunca más volví a beberla. En la escuela me obligaban a tomarla en todas las comidas, leche Letona, en botella de vidrio; la odiaba y la odio.

Supuestamente no tuve secuela alguna, eso sí, aún sigo preguntándome ¿qué hacía yo allí sola?; desde luego que eran otros tiempos.








miércoles, 22 de febrero de 2017

Una y otra vez

Salté con los pantalones arremangados pero no con la fuerza suficiente como para no caer de pleno en aquel charco; cualquiera un poco curiosa lo habría adivinado desde lejos y no habría metido la pata.

Estaba acostumbrada a caminar con la ropa húmeda, secarla y remojarla gratuitamente. Perdí el miedo a vestirme de nuevo, ni me gustaba ni me preocupaba, ya había perdido sentido estar de manera reconfortante, ya no veía otro camino y destrozaba las prendas sin temor alguno.

Encontraba quietud en el mar, no tenía necesidad de resguardar la ropa, entraba y salía del agua completamente desnuda y parecía desafiar las miradas, pero realmente, dejaron de importarme.

Poco a poco el tiempo se fue llevando todo aquello que era imprescindible en mi trayecto, caminar era lo único relevante. 

Cuando sonaba la música podía disfrutar sin perder detalle, fluían miradas y sueños una y otra vez. 

Todo tenía sentido hasta que las canciones eran pura fantasía y los olores recuerdos.


sábado, 26 de noviembre de 2016

Eclipse


Gestionar abrazos sin abordar, tomar té, caminar sin pisar, sin prisa, coger dEspacio sin ocuparlo, coparlo de amores, armar el tiempo y ganar aire, respirar sin oler nada, nadar y guardar la ropa, arropar sin manta, mantear los miedos transparentes, ocultar tu arritMia, arriTmarme a ti...


Hace falta mucha ternura cuando el alma por exponerse a la vida se ha habituado a ser dura. 


Abrazos, besos, sonrisas y suaves gestos serán los encargados de derribar grandes muros. Tendrán que amasar la esencia y al igual que el agua y la constancia consiguen una masa homogénea, la caricia y la insistencia serán las encomendadas de sellar grietas, unir pedazos y restaurar paredes mutiladas.


Todas y cada una de nosotras, todos y cada uno de nosotros, somos responsables de ser nosotras y nosotros mismos, responsables de nuestra vida; pero no todo vale, no cuando la libertad, el ego, la manera de avanzar, frena la libertad de la mano que te acompaña, pisa el paso de tu amigo o rompe el sueño de una hermana. 


Hoy siguen sangrando los silencios de las paredes contiguas, hoy siguen fortaleciendo las sonrisas chistes amargos de mentes estrechas, hoy lamento una punzada en el vientre por el grito de una mujer que dejó de ser desconocida. 

Me niego a formar parte de ese espectáculo y miro a los ojos, desafiante; muerdo fantasmas que se jactan de la debilidad por miedo a reconocer su propia fragilidad; y sí, sale la fiera y quiero vulnerar, desobedecer, incumplir y sacar los puños, dejar de educar, de empatizar, de justificar....¿es correcto?

A estas alturas no sé si es o no correcto, pero sé que no es sólo una guerra de cientos de civiles muertos, es una batalla de poder encubierto, son terroristas los que tiñen de rojo sus propios mandiles y pechos. 

Y siento decir que empecé escribiendo al amor y el día 25 de noviembre, día internacional contra la violencia de género, me llevó a escribir sobre el miedo, el dolor y la muerte; y que estoy feliz y triste, enormemente feliz por sentir amor y enormemente triste por sentir el dolor de cientos de enamoradas que por amor romántico perdieron todo y dejaron de sentir.

Tiendo mi mano, beso tu frente, te doy un abrazo, respeto tu espacio, te ofrezco mi aire...

 


Somos todo sin nada, a veces el todo en la nada y no necesitamos a nadie que  nos complete, sino que nos complemente. 


PD: Aplicable a relaciones de pareja, familiares o cualquiera otro tipo de vínculo.





sábado, 15 de octubre de 2016

Kilómetro cero

Nació la palabra Hamor entre risas,
porque el amor, en sí, no es más 
que eso que algunos reconocen
entre trenes, partos y prisas. 

Amor con humor, es Hamor, 
y aunque la felicidad absoluta,
con amor, a veces rocen,
no puedo evitar, lo confieso,
sentirme protagonista de un cuento,
de este hamor vehemente,
que pocos de ustedes conocen.

Conquista a diario mi vida, 
despertando sentimientos,
crezco en las dudas y miento,
si no digo que despido, 
en uno u otro momento,
a guerras, cegueras o heridas.

Respiro, gestiono mis emociones,
y si acaso me equivoco y le digo que lo siento,
ella convierte en canciones temores que hay en mi mente
o me responde discreta: no es siento, es siento veinte.

Nació la palabra Hamor en el kilómetro cero,
dónde la niña que viste preciosa y no para la ocasión,
que apapacha mi razón y que me empapa de calma
disparó desde una silla en aquella habitación
y con un tiro certero clavó su sonrisa en mi alma.


Es un día perfecto para ser feliz 
y para verte bailar, 
así que si quieres baila, 
que yo soy feliz si bailas 
como tú quieras bailar.



PD. Nunca pensé que pudiera llegar Abril a apagar una candela, al mismo tiempo que en sueños dejaba encendida una vela.


domingo, 4 de septiembre de 2016

Falso negativo 508.

Esta mañana la incertidumbre se adelantó y antes de que yo despegara las pestañas me susurró al oído: oye, hoy date por jodida.

Su sonrisa me sugirió vida y media, aunque bastaron dos segundos para saber que el tiempo era relativo y que eran necesarias tan solo doce horas para morir de felicidad o trece vidas para soñar lo que podría haber pasado en un solo día. Así que disfruté de vivir en media noche un minuto en su barriga y conformarme con soñarla durante toda una vida.

Sólo una vida, porque eso de que los gatos son los únicos que tienen más de una es mentira. De hecho creo que las que tenemos siete vidas somos nosotras y los gatos una única muerte.


Ahora entiendo cuando dices que no quisiste entregarte, no querías apostar una de tus vidas, aunque ya nuestra piel hubiera consumido vida y media, porque entregarse a alguien sí es comparable a una caída al vacío desde once metros de altura, puedes sobrevivir a ella pero con secuelas. 


Sin dudarlo es mejor ser de una misma por completo y dejar una ínfima parte inocente, una irrelevante, de la que no notemos su ausencia, para que se pasee por el mundo en plan kamikaze, y que se "alborote" cada vez que sueñe con las vidas congeladas y repletas de corazones hambrientos.


A esa porción de nosotras le podemos asignar las siete vidas y que suba y baje cada vez que quiera en el vagón de una montaña rusa, pero sin despistarse, que es capaz de despilfarrar toda la energía en el andén de un solo tren. 


Hasta que nos aborda el estúpido es-Cupido sin pedir permiso, provocando que unas putas mariposas se cuelen y se emperren en acabar de hacer su metamorfosis, en finos estómagos que apenas aguantan ya la acidez de algunas palabras. Cupido hace tiempo cambió el arco por las dagas. Tampoco me gustaba el arco, ¡joder!, pues que abrace ¿no?, ¡¡¿qué es eso de perforar el corazón?!!; aunque peor son las dagas si se clavan por la espalda.

Quizás son polillas (por eso te aterrorizan), las que se acomodan y provocan nuestra mAtamorfosis. Dejamos de ser nosotras y nos transformamos al notar el revoloteo de sus alas; y cada vez que eso pasa, dicen que abandonamos un poquito de nosotras mismas en el intento, pero yo creo que es al contrario, que poco a poco vamos descubriendo quienes somos y que eso a veces también nos aterra.


Nuestro empeño en encontrar lo más adecuado nos impide descubrir lo más perfecto; no esa perfección de una obra de museo, sino esa perfección imperfecta que para nosotras sería única e inalterable.


Y adivino que el camino está lleno de falsos negativos, por ello nunca moriré de frío, porque me niego a renunciar a quemarme con miradas, abrazos, labios y pieles, aunque no se entreguen por miedo a perder una vida, porque yo nunca robararía una vida si no es para sumarla a una mía.

Así que sigo aquí, no sé si viviendo jodida o jodidamente viva.