domingo, 30 de marzo de 2014

Sintonizando...sin ton ni son

Estoy completamente en blanco y en silencio para oír atentamente cada crujido que me llega desde dentro.

He salido de mi zona de confort y como suele pasar, no he podido evitar cuatro o cinco segundos de vértigo, o quizás han sido horas hasta que me ha tendido la mano para indicarme el camino. Quizás esté volando al igual que las horas, pero necesito pasear, recrearme en esa zona para coger seguridad y aunque he empezado a moverme de puntillas, poco a poco voy sintiendo cada paso un poquito más firme. 

Dicen que todo sucede por algo y aquí estoy merodeando lo desconocido; aún no sé si le cogeré gusto pero empiezo a tomar conciencia -que peso, TOMAR CONCIENCIA-. No sé si es que estoy abierta o simplemente divago tanto que hablo conmigo misma en exceso. El caso es que cada vez me siento más conectada a una frecuencia insólita.

Y sigo en mi faceta infantil del ¿por qué ésto? ¿por qué lo otro?; jajaja, ¿me aseguras que todo sucede por algo y te enojas porque yo pregunto: por qué?; quizás también tendré que abandonarme.

"Cuando ya no puedo más me abandono". Renunciar. Tal vez, de tanto en tanto, es necesario abandonarse; renunciar a una misma hasta que por inercia surja un cambio. Pero, ¿cómo transformarlo en algo positivo?, ¿cómo abandonarte para evolucionar?

Aceptar que tirarte al vacío no siempre implica un golpe, es extender las alas para dárle un giro a tu vida, y quizás es el comienzo para aprender a volar. Pero retar al miedo, abandonar tu ADN, no es tarea fácil.

Y empiezo a recopilar una a una las señales que me llevan hasta aquí y entre todas ellas hay una conexión. 

Y sigo con mis ¿por qués?, y vuelvo a sentir temor. Quiero tirarme, abandonarme, encontrarme y siento una risa interior, cómo la que me entraba de pequeña momentos antes de subir a la montaña rusa. Necesito montarme, pasar el túnel; necesito descubrir, hacer un cambio; necesito seguir nadando, cambiar de charca. 

Necesito no necesitar para disfrutar de todo. 

Quizás por hoy me abandone. Sin embargo no pienso seguir soñando con lo que hay al otro lado de la orilla, tengo que coger fuerzas y aunque me moje, me tiraré al vacío.

Lo mismo que me causa pavor, me atrae como un imán; me aburre vivir sin retos y generalmente están inmersos en lo desconocido. 

Mientras tanto, llegas tú y me miras de frente; te acercas y me abrigas; necesito y apareces; y poco a poco siento paz en un lugar completamente extraño.


2 comentarios:

  1. Qué agradable es siempre leer lo que escribes.
    Un abrazo de 1,90
    Inma

    ResponderEliminar
  2. de pedazitossss de tiiiii..........q bueno es leer con peso de conciencia......lindas alasssss...........luces encendidas en la pista.......mmmmm muakkkk......gracias x compartirrrr

    ResponderEliminar