domingo, 6 de abril de 2014

Ruido en mis zapatos

Ya estoy cansada de la imágen y lo poco que se valora al personal que está trabajando en la función pública y cómo sé que cualquier queja, para que se tome en cuenta se ha de hacer por escrito, aprovecho este espacio como instancia de mi propia estancia.

Quién bien me conoce sabe mi manera de valorar y de trabajar; quién bien me conoce sabe que sé empezar de cero; quién bien me conoce sabe que mis niveles de empatía sobrepasan mi propio respeto (trabajo en evaluación continua); quién bien me conoce sabe la pasión que siento....por las personas, por la vida y por mi trabajo.

Sé que de este tema ya he hablado con alguna/o de vosotras/os tras un café, pero hoy estoy harta y me gustaría gritarlo un poquito más fuerte.

He trabajado casi el mismo tiempo entre funcionarios que entre trabajadores de la empresa privada. Es cierto, y en eso estamos de acuerdo los funcionarios que nos sentimos comprometidos, que hay diferencias entre trabajar en un ámbito o en otro, pero no es oro todo lo que reluce y creo que nos tendríamos que hacer unas cuántas preguntas:

¿Cual de las dos condiciones es la correcta y por tanto, por cuál deberíamos luchar?
¿Quién potencia las diferencias y qué intereses hay detrás de todo ello?
¿Quiénes somos los principales perjudicados y en quién repercute?
¿Si el sistema no funciona, por qué nos cargamos a los pocos que funcionan?
¿Es que sólo hay eficientes en la empresa privada?

Estoy harta, sigo harta, y no queda más que seguir el ritmo marcado por los políticos, la prensa (mala por supuesto) y los grandes magnates que nos roban, desde nuestro dinero hasta nuestra dignidad con una de sus mejores armas, crear diferencias. 

Hoy cogería una metralleta, me da rabia que pasen los días sin que esto cambie....es cierto que hay gente que está trabajando día a día desde muchas asociaciones, en muchos movimientos sociales, pero también es cierto que muchos de nosotros ponemos nuestro granito de arena y muchos nos dejamos la salud....y encima no nos podemos quejar porque tenemos un trabajo....¡¡una mierda!!. Sí, cobramos a final de mes, pero nos chupamos la indignación, sufrimos las lágrimas de los que vienen, tenemos encima a los que se saltan las leyes recordándonos lo que no debemos hacer y los impotentes que creen que nos pagan el sueldo...yo me lo gano cada día, nadie me lo regala.

Desgraciadamente y puesto que se han encargado de focalizar la atención en los que damos la cara, cada día, a pesar de que cobramos, también sufrimos la crisis desde otra perspectiva no menos destructiva; a pesar de que cobramos, intentamos hacer el trabajo ayudando el máximo, en la medida de lo posible, aunque no se valore; a pesar de que cobramos, llega un momento en que la impotencia que nos envuelve nos come.

Con lo cual y después de tan "entrañable" experiencia, llego a la conclusión de que para sobrevivir en este mundo de necios, o te vuelves necio o abandonas el sistema y que tod@s somos responsables, los inconformistas, los de la venda en los ojos, los del látigo, los cansados, los incansables, los que miran hacia otro lado, los que prefieren no mirar.... ¡Qué pena!

Me encanta mi trabajo pero hoy tiro la toalla, estoy agotada y abandono, de momento hasta el lunes.

¡¡Bufff que descanso!! aunque tantos alambres no me dejan el cuerpo para bailes, aún tengo más de cien motivos...para continuar luchando porque todo esto cambie.




1 comentario:

  1. De acuerdo en todo, pero en todo contigo, cual sería la solución, no lo se, pero yo empezaría por separar el poder político de la gestión del trabajo público, impedimentos el cague general que le entraría a la clase política, al final siempre pagamos los que trabajamos, porque el que no lo hace, ni siquiera se siente responsable.

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