miércoles, 31 de diciembre de 2014

Tiempo de barbecho.


El viento fue el responsable, él trajo las semillas y él se encargó de llevarse todas aquellas que sin fortaleza permanecían dormidas. El resto, que ocupaba un espacio a los pies de los cultivos, acabó en el capazo.

Empecé a recordar las dosis de disciplina necesarias para que no nos invadiera el caos y acabé en la huerta quitando "malas hierbas"; supongo que se las nomina así porque consumen una energía que no estaba destinada a ellas, ya que esa misma hierba en un desierto podría ser el súmmum de la belleza. 

No hay nada más bonito que unas tomateras altivas días después de haberles quitado los matojos que intentan hacerse camino enredándose entre las cepas, ni el color de la tierra recién arada, ni el brillo de unas hojas bañadas por el rocío.

Con tierra entre las uñas iba despejando los tallos.

No solía barbechar a menudo y opté por hacer una criba exhaustiva; las hierbas para el capazo; las flores de varios colores las pondría en un jarrón con agua y durante unos días darían color a la estancia; y apartaría las aromáticas, óptimas para el secado, que durante años pueden mantener el color y si las zarandeas pueden evocar por un segundo todo aquello que pudo rozar el viento.

Las matas que quedaron tardaron poco tiempo en acostumbrarse a cohabitar en una tierra que en ese momento más que limpia se me antojaba desnuda. Pétalos, estambres y filamentos lucían un brillo especial.

No fue fácil la elección pero gracias a ello pude percibir algunos colores y embaucarme de aromas olvidados; optar no suele ser fácil, porqué la acción en sí implica deshacerte de algo que posees, pero en estos tiempos que corren, fue un regalo divisar de nuevo ese espectáculo que la desidia volvió benévolo y poco afable.

Con el alma tranquila, sequé mis mejillas, de sudor o de lágrimas, de dolor o alegría...respiré y alcé la vista. Sólo pude pronunciar una palabra: gracias. Ese tiempo dedicado al barbecho, distinguió la recolecta, dejó libre el horizonte y un solo rayito de sol encandiló mi sonrisa.

Gracias 2014. Soy feliz por lo que soy, soy feliz y doy las gracias.

Ya estoy preparada para acogerte con fascinación 2015.

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