Gestionar
abrazos sin abordar, tomar té, caminar sin pisar, sin prisa, coger dEspacio sin
ocuparlo, coparlo de amores, armar el
tiempo y ganar aire, respirar sin oler nada, nadar y guardar la ropa, arropar sin manta,
mantear los miedos transparentes, ocultar tu arritMia, arriTmarme a ti...
Hace falta mucha ternura cuando el alma por exponerse a la vida se ha habituado
a ser dura.
Abrazos, besos, sonrisas y suaves gestos serán los encargados de derribar
grandes muros. Tendrán que amasar la esencia y al igual que el agua y la
constancia consiguen una masa homogénea, la caricia y la insistencia serán las
encomendadas de sellar grietas, unir pedazos y restaurar paredes mutiladas.
Todas y cada una de nosotras, todos y cada uno de nosotros, somos responsables
de ser nosotras y nosotros mismos, responsables de nuestra vida; pero no todo
vale, no cuando la libertad, el ego, la manera de avanzar, frena la libertad de
la mano que te acompaña, pisa el paso de tu amigo o rompe el sueño de una
hermana.
Hoy siguen sangrando los silencios de las
paredes contiguas, hoy siguen fortaleciendo las sonrisas chistes amargos de
mentes estrechas, hoy lamento una punzada en el vientre por el grito de una
mujer que dejó de ser desconocida.
Me niego a formar parte de ese espectáculo y
miro a los ojos, desafiante; muerdo fantasmas que se jactan de la debilidad por
miedo a reconocer su propia fragilidad; y sí, sale la fiera y quiero vulnerar,
desobedecer, incumplir y sacar los puños, dejar de educar, de empatizar, de
justificar....¿es correcto?
A estas
alturas no sé si es o no correcto, pero sé que no es sólo una guerra de cientos de
civiles muertos, es una batalla de poder encubierto, son terroristas los que tiñen
de rojo sus propios mandiles y pechos.
Y siento decir que empecé escribiendo al amor y el día 25 de noviembre, día internacional contra la violencia de género, me llevó a escribir sobre el miedo, el dolor y la muerte; y que estoy feliz y triste, enormemente feliz por sentir amor y enormemente triste por sentir el dolor de cientos de enamoradas que por amor romántico perdieron todo y dejaron de sentir.
Tiendo mi mano, beso tu frente, te doy un abrazo, respeto tu espacio, te ofrezco mi aire...
Somos todo sin nada, a veces el todo en la
nada y no necesitamos a nadie que nos complete, sino que nos
complemente.
PD: Aplicable a relaciones de pareja,
familiares o cualquiera otro tipo de vínculo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario